Te cuento una historia

La vida y solo la vida, unió a dos mujeres, de generaciones, creencias y mundos distintos. Una tenía 83 años y la otra 45.

La primera mujer de férreas creencias religiosas, conservadora,  dura, seguro que por la educación recibida, y muy cabezota.

La segunda casi atea porque la vida la había hecho no creer en nada, progresista, positiva pero dura y cabezota como la primera.

Tan distintas, pero se necesitaban por distintos motivos.

En cuatro años desde que se conocieron, hasta la actualidad, han cambiado muchas cosas en sus mundos, mundos paralelos por su relación. Mundos ya unidos por el cariño, la comprensión y la ternura que despierta la primera en la segunda y seguro que al contrario, en ciertos momentos de lucidez y felicidad. Porque tienen momentos de mucha felicidad.

Cuando se conocieron, la primera mujer, era una cajita de noble madera, llena de experiencias, viajes, y que contaba la historia de España desde ocho años antes de la guerra civil, por lo tanto con una infancia llena de amor pero con turbulencias producidas por cambios en su país.

Con el paso del tiempo esa cajita de noble madera se dejó la tapa abierta y comenzaron a desaparecer algunas fechas, algunos nombres, no recordaba lo que había guardado ayer en su interior.

Con este blog, solo pretendo hacer un homenaje a esa primera mujer de la historia, a alguien de la que he aprendido mucho, aunque ella no se lo crea, porque ya se siente inútil.

Quiero contar experiencias que quizás le sean útiles a quienes estén viviendo la Demencia, Alzheimer de cerca

Quiero contar anécdotas y demostrar que con paciencia y cariño esto no es tan difícil, siempre y cuando se cuente con ayuda e información, y una forma de ver la vida sin dramatismo.

Compartir artículos y consejos que a mi me han ayudado a entender mejor la enfermedad.

En esta historia los nombres sobran. Ella es mi niña y yo la cuidadora de recuerdos.

14 respuestas a “Te cuento una historia

  1. Enrique

    Me gusta, me entristece, me hace reflexionar, aprecio tu sensibilidad y tu ternura, reconozco tu capacidad de dar amor y la fortaleza a la que te aferras cada día. Ánimo, no dejes de amarnos, siempre te vamos a querer. Besos

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  2. Fernando Muñoz

    Pues, erase una vez una cuidadora de recuerdos y una madre casi sin recuerdos….después de unos años, son amigas del alma, creo que con dependencia mutua a esos días de algunas risas, algún baile y mucha buena voluntad, cariño y comprensión. Hoy en día, no imagino una sin la otra. Cuidadora de recuerdos, muchas gracias por lo que nos enseñas cada día. Besote !!!!

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  3. Amada

    No dejes de sorprendernos!!! Eres increíble, y lo más bonito de ti, es que pones todo para que las cosas salgan bien.
    Gracias por todo lo que ayudas, a veces sin darte cuenta, haces más que nadie!!!

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