No quiero engordar

Siempre presumiste de guisar muy bien, y de saber distintas recetas . De proceder de puerto de mar, y por ende, sabias del buen pescado . Pero ya no quieres comer, te cansas, y me pongo en tu piel y te entiendo. No tienes apetito, quizás por la enfermedad, quizás por la medicación. No recuerdas que es cada alimento. No recuerdas el placer que produce una buena comida. Y si encima no recuerdas quien es la persona que te sirve la comida, pues yo tampoco comería.

La hora de la comida no nos gusta a ninguna de las dos. Pero tienes que comer, y lo hacemos cambiando roles, ahora soy yo la que te guía y tú, aveces te dejas guiar.

Vestimos los platos de color rojo o naranja, porque si ves algún trocito de algo verde dices que es negro y no quieres comerlo. Cuando te sientas a comer siempre dices «esto es mucho, no puedes con tanto». El pescado está siempre o duro o seco, y ya de la carne ni hablamos.

Pero sigues siendo inteligente y lo que no se te olvida es la coquetería, y cuando no quieres comer más, dices,» me voy a poner gorda, y no quiero».

Etapa que sabíamos que iba a llegar y en teoría siempre es más fácil.

Quiero que comas, no solo porque lo necesitas, sino porque me da mucho miedo que te olvides de tragar.

Es duro, pero hacemos buen equipo y podemos.

Como siempre mucha paciencia y amor

Soy solo una cuidadora y hablo de mi experiencia y sentimientos.

Información especializada en el siguiente enlace

https://www.alzheimeruniversal.eu/2015/11/27/39553/

Deja un comentario