Te cuento una historia

La vida y solo la vida, unió a dos mujeres, de generaciones, creencias y mundos distintos. Una tenía 83 años y la otra 45.

La primera mujer de férreas creencias religiosas, conservadora,  dura, seguro que por la educación recibida, y muy cabezota.

La segunda casi atea porque la vida la había hecho no creer en nada, progresista, positiva pero dura y cabezota como la primera.

Tan distintas, pero se necesitaban por distintos motivos. Seguir leyendo «Te cuento una historia»

TERAPIA PARA EL ALMA

La música es una terapia para el alma, y está al alcance de todos.

¿Quien no recuerda ese hogar con olor a comida y esa música de fondo en la cocina mientras, tu madre o la mía guisaba?

¿Quien no recuerda esa música que siempre ponía tu padre o el mio, en los viajes en familia, y que a nosotros nos horrorizaba pero si el viaje era largo, terminábamos todos cantando?

Pues ese tipo de música, la música que les gustaba, es el único dato que tenemos que recordar para realizar una terapia maravillosa con nuestros mayores, tengan o no Alzheimer

Hoy uso la foto de Paco Mora el bailador y su madre enferma de Alzheimer, en su espectáculo ¨Flamenco para recordar¨ porque me parece maravillosa para ilustrar este post. Pero todos podemos usar la terapia de la música y el baile en casa. Es una terapia que la podemos llamar de las tres B. Buena, bonita y barata, y nos hará felices a todos, enfermo y cuidador

Las áreas cerebrales donde se aloja la música y los recuerdo asociados a ella son las últimas en resultar afectadas por la enfermedad del Alzheimer. Partiendo de esta premisa de la memoria musical y de su capacidad para sentir emociones, se plantea esta terapia para mejorar el ánimo de las personas afectadas por la enfermedad

Pero también mejorará el animo del cuidador sobre todo en el hogar. Ver a tu ser querido que cambia el gesto de su cara, que aparece una sonrisa, que mueve sus manitas al ritmo de la música, que recuerda alguna parte de la letra de la canción, o que incluso toca palmas, te hará, en algunos casos, hasta reconciliarte con la vida Seguir leyendo «TERAPIA PARA EL ALMA»

Intento no olvidarme

Nací en la Coruña. En una España convulsa y con hambre.

Cuando era jovencita, y por casualidad, la vida me brindó la oportunidad de irme a Venezuela, a intentar paliar el hambre de mi familia. Allí trabajé como costurera en una fábrica de bolsos.

Conocí a un canario y me enamoré de él. Nos casamos. Que bonito era mi vestido. Parecía una princesa.

Cuando regresamos a España, no fuimos a mi tierra, fuimos a Canarias. Me adapté, no había otro remedio. En aquellos tiempos, las mujeres poco podíamos opinar. La palabra del marido era la que valía.

Tuve tres hijos, a los que crié sola, ya que mi marido trabajaba todo el día.

Él murió y me quedé sola con los tres, pero soy fuerte y salimos adelante.

Ahora tengo 85 años, y no se en que momento dejé de ser esa mujer fuerte, y a la que mis hijos respetaban. Seguir leyendo «Intento no olvidarme»

En verano, también contigo

La playa es uno de los lugares más cálidos y agradables para visitar, y sobre todo en verano.

Si mis condiciones físicas y mentales aun me lo permiten llévame. Porque es agradable, más que nada, porque estoy contigo. Seguramente con mi hijo o hija, con mis nietos.

Porque me sacas de la silenciosa rutina.

Porque me evocará recuerdos y sensaciones ya casi olvidadas.

Porque me hace sentir que siguen contando conmigo en las actividades que realiza la familia

Se que conmigo no irás tan rápido, ni tan libre. Tendrás que llevar más cosas, como silla y sombrilla. Pero me sienta tan bien para mis huesos, mi piel y mi estado anímico, el agua del mar, y la playa. Seguir leyendo «En verano, también contigo»

No sabia como hablar de tu partida

Que guapa estás en esta fotografía.

Imagen dulce y serena.

Partiste el 17 de Marzo, hoy hace 5 meses, rodeada de tus hijos, de los que te queríamos.

Fuiste feliz, incluso cuando ya los recuerdos se fugaron. 

Esa sonrisa que ponías a esas dos chicas que te visitaban cada día.

O cuando jugabas con ese señor que te hacia el bicho

Eran tus hijos, y aunque ya no lo recordabas, sabias que con ellos estabas bien. Estabas segura. Con tu carita nos lo decías.

Donde quiera que estés, estarás hablando de tu Castrourdiales. De Elizondo. 

Y se que nos estás cuidando

Te quiero

 

 

 

 

 

Acerca de la cuidadora

Llegué a este mundo sin proponermelo, nadie se propone un encuentro con el Alzheimner, pero he sacado cosas muy positivas. Me ha hecho mejor persona.

Cuidé a una persona con Alzheimer, durante casi 9 años. Me formé al respecto, por necesidad y al ritmo que marcaban los acontecimientos. Hoy en día soy PASS.

El cuerpo envejece sin pedir permiso. Nos pasará a todos. Así que hagamos que nuestros mayores sean felices, como nos gustaría serlo a nosotros

Solo se, que me gusta cuidar. Me gusta hacer la vida más agradable a los demás.

Mi reino por la sonrisa de los mayores

Y LLEGÓ EL MOMENTO

 

Habíamos mantenido lejos, la idea de que ingresaras en una residencia geriátrica. Sabíamos que existía la posibilidad en que ya en casa no podríamos tenerte, debido a la características de esta maldita enfermedad, y seguíamos escapando de ese temido momento. Pero llegó, y con ella la sensación de frustración, de culpabilidad. El temor y la duda si lo estábamos haciendo bien o mal.

Una vez ingresada, en cada visita, mirábamos con lupa cada detalle con respecto a tus cuidados. El dolor de la despedida si nos rondaba la duda de que pudimos haber aguantado más tiempo en casa, era enorme, y volvíamos cada uno a sus quehaceres, cabizbajos y en silencio

Cada día el sentimiento de culpa era como una montaña rusa. Si te veíamos mal, nos decíamos que lo habíamos hecho bien. Si te veíamos con un buen día, nos echábamos en cara haberte llevado a ese sitio, en el que hoy en día estás contenta, todas tus necesidades están cubiertas, y tienes compañeros a quien echarles la bronca 🙂

Seguro que es algo absurdo lo que siento, pero me siento orgullosa de ti, como una mamá con su hijo respecto al resto de los niños en la guardería. Sigues dando tus paseos cortos por el centro, sigues controlando, muchos días tus esfinteres, y cuando veo el pañal seco siento alegría, como cuando tenia a los niños pequeños.

Te encanta ir a la cafetería del centro, y tomarte tu cortado descafeinado. Te hablamos y ni nos miras, siempre mirada al frente, mirada vacía. Pero verte  con nosotros en un lugar de encuentro, un lugar en el que podrías haber ido, aun cuando no estabas enferma, me reconforta, como te reconforta a ti, la taza calentita dél café en tus manos siempre frias

Cada habilidad que mantienes, aunque sea solo a medias, me hace sentirme orgullosa de ti. Porque eres fuerte, eres una mujer con garra, y aun sumidas en esta estúpida enfermedad, hay que buscar cosas positivas que nos hagan seguir adelante.

 

 

 

Entre pregunta y pregunta

Hoy me pregunto , si vale la pena vivir así, mientras tú preguntas:

¿Que es esto, tan frío y tan duro? La cuchara

¿Quien es usted? Soy Francis y te quiero mucho

¿Donde está mi casa? Esta es tú casa. Y está todo bien

¿Donde está mi familia? Vienen después de trabajar

¿Donde está mi mamá? Está a la compra luego viene

Y saludas a Hitler que está en un documental de la dos. Y ayer le regañaste a una jirafa que se comía un árbol . Y siempre hay gente que te roban las cosas.

Tu vida ahora es todo miedo, porque no sabes donde y con quien estás. Y entre tus preguntas y las mías, pasan los días y yo me vuelvo a preguntar vale la pena vivir más años, pero de esta manera.

El ciclo de la vida debería ser, igual más corto, pero menos doloroso.

¿Por qué tenerle miedo a la muerte si forma parte de la vida? Es un pack, ya nacemos con ese destino. ¿Entonces porque alargar la vida si el cerebro no está preparado para ello

Y entre pregunta y pregunta los días pasan y tu te olvidas de mas cosas y yo te recuerdo como son, como eran. Y te tejo historias bonitas para que te sientas segura

Hoy déjame llorar sin que me veas

 

 

 

Los sentimientos no olvidan

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Tienes 89 años y la enfermedad de Alzheimer, encima darte cuenta de tu deterioro, es doble condena

Hoy cuando acabaste el desayuno y doblaste tu servilleta, ( de lo poco que haces ya) me preguntaste como cada día, “¿que toca ahora? Te respondí que ir al baño para ducharte, y tu respuesta fue “ cuantas cosas y no me acuerdo de ninguna” y de inmediato te cambió la cara y te pusiste triste

Me planteo si tanto tratamiento para frenar el avance de la enfermedad, y tanta terapia no farmacológica que hemos practicado, son buenos. Que barbaridad estoy diciendo, claro que son buenas, pero es que ya no sabes quien soy, pero si te das cuenta de que algo está pasando en tu cabecita, y no me gusta verte sufrir

Mientras te servia la comida, me dijiste que yo era una maravilla y que nunca me olvidarías. Que ironía. Los sentimientos no quieren olvidar, ellos siguen funcionando, pero las neuronas se han desconectado, se niegan a trabajar

Hoy en la víspera del día mundial del Alzheimer , las distintas asociaciones, a las que sigo, están haciendo campañas para concienciar sobre la importancia en la investigación sobre esta enfermedad. Y a mi permitirme patalear de la rabia, la impotencia de ver a alguien a quien quiero, tener miedo, porque no se acuerda donde está, no se acuerda quien es la persona que le acompaña, no se acuerda que es lo siguiente que tiene que hacer, no le salen las palabras para expresar lo que quiere decir, se siente perdida

Como siempre mucha paciencia y amor

 

No solo eres ladrón de recuerdos

 

Siempre te gustó la ducha, era el momento del día en que más disfrutabas. Como mujer limpia y disciplinada que has sido siempre, te ponías tu gorro de ducha para no mojarte el pelo, te tomabas tu tiempo en ducharte, luego en secarte, en ponerte la crema hidratante. Era como un rito diario.

Aun lo sigues haciendo sola, recordándote que hacer en cada momento. Pero ahora es un sufrimiento para ti, por mucho que lo intento hacer bien, siempre hay algo que te da miedo o te molesta.

Cada mañana cuando te digo que nos vamos a la ducha, me dices que ya te duchaste o que mejor por la tarde. No te acuerdas de lo que es y te da miedo Seguir leyendo «No solo eres ladrón de recuerdos»

No confundas amor con hacérmelo todo

 

Siempre hablo de mucho amor y paciencia. Pero no solo con amor se cuida a una persona.

Cuando hablo de amor no hablo de tratarles como a tontos o niños pequeños.

Hay que ponerle mucho amor a lo que hacemos y tratarles con mucho cariño, pero intentar mantener su autonomía. Con hacerles las cosas, les hacemos un flaco favor. Tenemos que dejar que se vistan solos, que se duchen solos, que coman solos ,siempre con asesoramiento, pero que ellos lo hagan, en la medida de lo posible. Seguir leyendo «No confundas amor con hacérmelo todo»